El pasado día 22 de Julio el Presidente de Venezuela Hugo Chávez, realizó unas declaraciones en el programa Aló Presidente, que sin duda va a suscitar enfebrecidas reacciones de uno y otro signo.
La base de las formulaciones chavistas es la construcción del socialismo del siglo XXI, como nueva y única vía que interpreta los intereses particulares y universales de los pueblos. Pues aunque se esfuerza por convencer a la opinión pública que aplicará su propia doctrina circunscribiéndose a su país; sin embargo, rechaza categóricamente el marxismo-leninismo, no como una concepción presuntamente inaplicable a las condiciones actuales de Venezuela, sino “porque es un dogma que ya pasó” dándole de esta forma un sentido amplio y genérico.
El presidente Chávez ya nos tenía acostumbrado en sus apariciones en la televisión, radio y mítines a encendidas proclamas para defender su adscripción al socialismo del siglo XXI y aunque subrepticiamente, desprendía indicios de abjuración reformista, nunca había concretado con tanta precisión y contundencia en qué consistía el nuevo socialismo. Tarde o temprano el líder venezolano estaba obligado a construir el cuerpo argumental de su propuesta socialista, del que el mundo entero estaba pendiente. ¿Qué es el socialismo del siglo XXI cristiano y bolivariano? nos preguntábamos todos.
Pero ¿Por qué ahora, momento clave para seguir avanzando en la democracia popular hacia el socialismo, decide Chávez descubrir definitivamente sus cartas, y no antes? Resulta sospechoso que sus declaraciones venían precedidas por requerimientos de notables cargos militares de su país, que les exigían concretase qué clase de socialismo es el que desea para Venezuela, es decir, que dejase las medias tintas. Tal es el caso del general Raúl Baduel, ex ministro de Defensa, quien cuatro días antes dijo, que es una “necesidad imperiosa y urgente definir el socialismo que se quiere impulsar en Venezuela” apostillando que debe ser “acorde a nuestro contexto histórico y social, cultural y político, alejado del que imperó en la extinta Unión Soviética…” Y Chávez no ha dudado en despejar cuantas incógnitas originaban sus enardecidas manifestaciones, llevando así la tranquilidad al ejército y a la burguesía. Recordemos que en Venezuela las instituciones estatales continúan siendo burguesas, porque la “revolución” no ha cuestionado el marco del sistema capitalista.
Queremos dejar constancia de que el PCOE no trata en modo alguno de dar lecciones de cómo construir el socialismo en un país que está al otro lado del mundo. Ahora bien, la simple evocación del socialismo del siglo XXI, implica, entendemos nosotros, determinismo de aplicación universal, por lo que es el presidente Chávez, quien indirectamente procura inmiscuirse en el terreno que no le corresponde, imponiéndonos a todos sus criterios subjetivos. Hecho que se nos muestra evidente cuando repudia con extrema y dudosa ligereza el marxismo-leninismo, sin mesura y falto de ética y de respeto hacia partidos revolucionarios y a pueblos que cercados política, económica e ideológicamente por el imperialismo, construyen el socialismo inspirados en el marxismo-leninismo, lo que en cierto modo le alinea al lado de los enemigos ideológicos de la clase obrera mundial y nos coloca en posición de reto a los marxistas-leninistas.
Asimismo, queremos patentizar nuestro apoyo a la lucha antiimperialista que sostiene el pueblo de Venezuela, no sin antes aclarar, que la lucha antiimperialista con una ideología descafeinada propende al fracaso. No es lógico librar batallas contra el imperialismo en el terreno mercantil y político, cuando ideológicamente convergen en el mismo lado de la barricada en la guerra contra el marxismo-leninismo, que lleva como consecuencia a la consagración de la propiedad privada sobre los medios de producción, motivo cardinal de la existencia del imperialismo.
¿Cuáles son los argumentos que esgrime Chávez para despreciar el marxismo-leninismo y que configuran el socialismo del siglo XXI? Son varios, a saber:
* El papel de la clase obrera como motor de la historia, según la definición comunista, ha cambiado para Chávez, porque el trabajo “hoy es otra cosa” como corolario del desarrollo técnico y científico (informática y telemática por ejemplos)
* El cristianismo se contempla en la actualidad de manera distinta. Por eso él aboga por el socialismo cristiano.
* En los tiempos de la globalización desaparece la lucha de clases porque ya no existen explotadores ni explotados.
De lo que se infiere un socialismo made in Venezuela, en el que cohabitarán la propiedad pública y la propiedad privada sobre los medios de producción, e incluso un tal socialismo no está en contra de la presencia de las multinacionales (léase imperialismo) en la economía venezolana, eso sí con limitaciones por intereses sociales.
Por último, el partido dirigente, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se conformará ecléctico con todas las fuerzas empeñadas en el socialismo.
EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI ES UNA ESTAFA MUY ANTIGUA
Sobre estas tesis cimienta el Sr. Chávez el nuevo socialismo, el socialismo del siglo XXI. Solo su engreimiento y su egolatría pueden cegarle para ver en ello un descubrimiento novedoso propio del siglo que vivimos. ¿En qué se diferencia por ejemplo, el socialismo del siglo XXI, del Eurocomunismo de hace 30 años y que la historia ha negado sin apenas manifestarse? Podríamos retrotraernos mucho más en el tiempo para hallar las raíces del “socialismo chavista”. Pero es tan exactamente igual que el Eurocomunismo, que bien vale la pena reflejar sus coincidencias.
Carrillo hablaba de un socialismo que caminaría con la hoz en una mano y con la cruz en la otra, en clara alusión al cristianismo socialista, que según él había adquirido una fuerza considerable y ejercía una influencia extraordinaria digna de tener en cuenta. Pero el sostén del eurocomunismo radicaba en la unión de la fuerza del trabajo y la fuerza de la cultura, en sustitución de la alianza obrero-campesina de inspiración marxista-leninista, debido a las variaciones operadas por motivo de la revolución técnico-científica, signo distintivo de que el leninismo había quedado obsoleto y de que el papel de la clase obrera como fuerza motriz de la revolución había cambiado. Y por último, el Eurocomunismo sustentaba que el futuro estado socialista debería ser pluriideológico, o lo que es lo mismo, podría darse la alternancia de poder, naturalmente, entre burgueses y trabajadores, por lo que existiría la propiedad privada sobre los medios de producción.
Como quiera que el eurocomunismo negaba el leninismo, Carrillo decide sustituir la organización basada en las células y en el centralismo democrático de tipo leninista y adopta la fórmula socialdemócrata, es decir, las agrupaciones. ¿Dónde habita actualmente Carrillo?
¿Acaso no son idénticas ambas proposiciones? ¿Es pura casualidad las semejanzas que se dan entre ambos socialismos? En absoluto, la humanidad no ha encontrado ni encontrará jamás una vía intermedia entre el socialismo y el capitalismo, todo cuanto signifique alejarse del socialismo sustantiva su afiliación en el capitalismo. Aquí no hay términos medios. La única situación dispar entre Carrillo y Chávez, es que el primero aún no había eliminado el término marxista, debido a que las condiciones interna de su partido y a que la situación del movimiento comunista internacional, aún no aconsejaban llegar a dicho extremo. Hoy el oportunismo ha dado un paso más hacia la derecha.
Como siempre sucede a lo largo de la historia del reformismo, este se apropia de los principios y tesis que han originado sus adversarios, después los distorsiona y los presenta como el último grito. Así se especula con la revolución técnica y científica. El oportunismo la presenta como propia de nuestra época, cuyo desarrollo modifica sustancialmente las relaciones de producción. El oportunismo de todos los tiempos ha querido demostrar que el avance científico atenúa e incluso le quita a la clase obrera el carácter de directora de la revolución. En este sentido, y para evidenciar el atraso de la doctrina de Marx, esgrimen que el filósofo no podía sospechar ni vaticinar siquiera el desarrollo descomunal de la ciencia y de la técnica, adaptadas ambas a la industria. En el caso de Chávez se refiere a la informática y la telemática. Y esto es totalmente falso.
En el Manifiesto Comunista se dice: “La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción y, por consiguiente, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales. La conservación del antiguo modo de producción era, por el contrario, la primera condición de existencia de todas las clases industriales precedentes. Una revolución continua en la producción, una incesante conmoción de todas las condiciones sociales, una inquietud y un movimiento constantes distinguen la época burguesa de todas las anteriores”.
Como se puede comprobar, para Marx y Engels la revolución técnico-científica en constante desarrollo es lo que distingue a la sociedad burguesa. También, el Manifiesto Comunista aborda el problema de la “globalización” no como un fenómeno que ha de darse, sino como unas circunstancias inevitables que se dan ya en ese momento y en todo el período burgués “Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes.
Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía dio un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas por nuevas industrias, cuya introducción se convierte en cuestión vital para todas las naciones civilizadas, por industrias que ya no emplean materias primas indígenas, sino materias primas venidas de las mas lejanas regiones del mundo y cuyos productos no sólo se consumen en el propio país, sino en todas las partes del globo….
Pero Chávez y el oportunismo contemporáneo necesitan ocultar las investigaciones de Marx y Engels para inferir consecuencias distintas de los fenómenos económicos contemplados en la obra marxista. Mientras para Marx y Engels, como posteriormente para Lenin la “globalización” y la revolución técnico-científica, depara una intensificación de la explotación burguesa, para los nuevos apologistas del capitalismo, significa la desaparición de las clases sociales y por consiguiente de la explotación.
¿No es cierto que la aplicación de las ciencias y de las tecnologías en las industrias, causan efectos descritos por Marx, Engels y Lenin? Por supuesto que sí. Las nuevas máquinas, incluidas las informáticas, permiten al burgués multiplicar exponencialmente el plus valía que extrae de la fuerza de trabajo, lo que supone intensificar la explotación del obrero. Asimismo, la inclusión de tecnologías mas sofisticada desequilibra en mayor proporción la composición orgánica del capital, siendo motivo del incremento del paro. Parece ser que el Sr. Chávez pasa de soslayo sobre estas leyes económicas incuestionables, que son refrendadas por las ingentes masas desempleadas en los países mas industrializados de Europa y EE.UU.
Otro dato que parece ser ignora el Sr. Chávez, es que las máquinas mas sofisticadas, en el sistema capitalista, al concebirse por el interés de producir cada vez mas beneficios para los burgueses, provocan mayor alienación laboral de los trabajadores, así también es el origen de modernas enfermedades psíquicas y físicas. Los instrumentos de trabajo han dejado de ser una prolongación de las manos del hombre. Es decir, dichos instrumentos ya no se fabrican para ayudar al trabajo del obrero, sino que es el obrero el que ha de reciclarse para adaptarse a la máquina, una máquina, que no es suya, que desconoce y que le subyuga incubándole depresión, pérdida de la vista y desviación de columna en el supuesto de la informática. El obrero se desnaturaliza.
¿En qué, Sr. Chávez, ha variado la situación de lo que usted denomina épocas de Marx y Lenin de la nuestra, si no es en el aumento de niños, mujeres y hombres que mueren de hambre por causa de la “Globalización”?
Como un oportunista vulgar el Sr. Chávez maniobra con las palabras y con los hechos, pues a la vez que criminaliza al marxismo leninismo como dogma, él ya se arroga, exteriorizando una necesidad insaciable del culto a su personalidad, todas las facultades para imponer al partido en formación, sin opción al debate ¡Qué tipo de socialismo es el que hay que construir! ¡Qué tipo de socialismo hay que rechazar!: “¿Qué si el Partido Comunista sigue haciendo el planteamiento del marxismo-leninismo? Bueno, ¡allá ellos, pero el PS no tomará las banderas del marxismo-leninismo, porque eso es dogma”
A MODO DE CONCLUSION
El Partido Comunista Obrero Español, no solo no comparte las tesis del socialismo del Siglo XXI, sino que estima que su propugna y defensa es una traición a la clase obrera mundial, y que consiste en un nuevo intento de la ideología burguesa, de neutralizar la regeneración del movimiento comunista internacional sobre las bases del marxismo-leninismo.
En oposición a las propuestas del socialismo del siglo XXI, para el PCOE la clase rectora de la revolución social continúa siendo la clase obrera, que en constante evolución y cambios como predijeran Marx y Engels, y tal como explica Lenin, sigue siendo la más numerosa, la más moderna, la más organizada y la creadora de la inmensa mayoría de las riquezas de este mundo.
Solo el título “Socialismo del siglo XXI” constituye una aberración teórica, pues da por supuesto que la historia se contempla por periodos de tiempo sin contenido económico y de clase. Dicha apreciación tiene como objetivo eximir de toda responsabilidad criminal a las clases explotadoras y a las fuerzas reaccionarias de todos los sistemas de producción, fundamentalmente las del sistema capital que hoy impera.
El Partido Comunista Obrero Español acoge con satisfacción las manifestaciones del presidente de Venezuela Sr. Chávez, porque coloca el estado de aquél país en sus justos términos y nos muestra a Chávez con su verdadera cara de socialdemócrata.
Dichas declaraciones nos dice que Venezuela no camina hacia el socialismo; en cambio, se dirige hacia una sociedad capitalista de corte socialdemócrata, que en estos momentos, por contradicciones con los EE.UU. se manifiesta antiimperialista; no obstante, la experiencia histórica confirma, que dada la concatenación universal de la economía burguesa, el socialismo del siglo XXI pondrá a Venezuela en la tesitura de transformarse en un país imperialista, o en una nación económicamente dependiente del imperialismo. Tal es la tendencia del desarrollo del capitalismo en todos los países que no rebasen el sistema burgués de producción.
De todas formas, los avances sociales y políticos experimentados en estos últimos años en Venezuela, pueden propiciar la fecundación de las ideas comunistas, no exenta de grandes obstáculos y de gravísimos riesgos que emanan de la propia noción del socialismo siglo XXI, pues llegado el momento, comunistas y socialismo del siglo XXI, son fuerzas que estarán obligadas a negarse una a la otra. En esta dirección el PCOE, apoya al Partido Comunista de Venezuela en su decisión de desarrollarse para extender el marxismo leninismo en su país en estos momentos cruciales.
26 de Julio del 2007