domingo, 28 de septiembre de 2008

LAS CRISIS ECONÓMICAS (I Parte)

La base de las crisis capitalistas de superproducción

Desde comienzos del siglo XIX, desde la época en que aparece la gran industria a base de máquinas, el curso de la reproducción capitalista ampliada se ve periódicamente interrumpido por crisis económicas.

Las crisis capitalistas son crisis de superproducción. La primera manifestación de la crisis es que las mercancías no encuentran salida, por haberse producido en cantidad mayor de la que pueden comprar los principales consumidores, las masas populares, cuya capacidad adquisitiva se halla, bajo las relaciones capitalistas de producción, reducida a unas proporciones muy escasas. Los stocks de mercancías "sobrantes llenan los almacenes. Los capitalistas reducen la producción y despiden obreros. Se cierran cientos y miles de empresas. Aumenta extraordinariamente el paro forzoso. Gran número de pequeños productores de la ciudad y el campo se arruinan, La falta de venta de las mercancías producidas trastorna al comercio. Los nexos del crédito se rompen. Los capitalistas sufren una aguda penuria de dinero disponible para hacer frente a los pagos. En las bolsas, se desencadena la bancarrota: la cotización de las acciones y demás títulos de valor desciende vertiginosamente. Se produce una racha de quiebras de empresas industriales, establecimientos de comercio y entidades bancarias.

La superproducción de mercancías durante la crisis no es absoluta, sino relativa. Esto quiere decir que el sobrante de las mercancías sólo existe con relación a la demanda solvente, pero no, ni mucho menos, con respecto a las necesidades reales de la sociedad. En tiempo de crisis, las masas trabajadoras experimentan una extrema penuria de lo más indispensable, sus demandas se hallan peor cubiertas que en cualquier otra situación. Millones de seres sufren hambre porque se ha producido "demasiado" trigo, las gentes padecen frío porque se ha extraído "demasiado" carbón. Los trabajadores pierden los medios de vida, porque los han producido en cantidad excesiva. Tal es la escandalosa contradicción del modo de producción capitalista, en que, según las palabras del socialista utópico francés Fourier, "la pobreza nace, en la civilización, de la misma abundancia".

La contradicción fundamental del capitalismo se revela como la oposición entre la organización de la producción dentro de cada empresa por separado y la anarquía de la producción en toda la sociedad. Dentro de cada fábrica, el trabajo de los obreros se halla organizado y sometido a la voluntad única del patrono. Pero, en la sociedad considerada en su conjunto, por virtud del imperio de la propiedad privada sobre los medios de producción, reina la anarquía de la producción, que hace imposible el desarrollo armónico de la economía. De ahí que, inevitablemente, se infrinjan las complejas condiciones necesarias para la realización del producto social en la reproducción ampliada capitalista. Y estas infracciones van acumulándose gradualmente hasta que estalla la crisis y el proceso de la realización se trastorna completamente.

La contradicción fundamental del capitalismo se exterioriza en el antagonismo de clases entre el proletariado y la burguesía. Es rasgo característico del capitalismo el divorcio entre los dos factores más importante de la producción: los medios de producción, concentrados en manos de los capitalistas, y los productores directos, desprovistos de medios de producción y que sólo poseen su fuerza de trabajo. Este divorcio se manifiesta claramente en las crisis de superproducción, en las que, de una parte, sobran los medios de producción y los productos, hay excedente de capital, y de la otra, queda ociosa la fuerza de trabajo y hay masas enteras de obreros parados, carentes de medios de subsistencia.

Las crisis son una secuela inevitable del modo de producción capitalista de producción; no podrán eliminarse mientras subsista el capitalismo.

(Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de la antigua URSS)

viernes, 26 de septiembre de 2008

Comunicado sobre la ilegalización de ANV

¡No a la Represión y a la persecución Política!

En la semana pasada el Estado nos dejó patente su esencia represora y dictatorial ilegalizando a ANV, EHAK, Askatasuna y Gestoras Proamnistía. Hablar de democracia en el Estado Español no es más que un ejercicio de fariseísmo ya que el recorrido del mismo en los últimos años se ha caracterizado por la práctica de Terrorismo de Estado, múltiples ilegalizaciones de organizaciones políticas independentistas y comunistas, organizaciones juveniles, antirrepresivas, medios de comunicación y persecución de toda organización o persona que cuestione este sistema explotador y negador de libertades y derechos elementales como son la libertad política o el derecho de los Pueblos a decidir.

Todo aquél que cuestione el sistema, que exija el derecho de autodeterminación, que denuncie las torturas realizadas por el Estado, que se solidarice con los muchos presos políticos o que cuestione el sistema es acusado de terrorista por los medios del Capital, los Partidos y las cúpulas sindicales del mismo y reprimido por los Jueces de la Audiencia Nacional que actúan diligentemente, como buenos lacayos, a lo que el poder político, sometido al poder económico, les señale. La tan cacareada “independencia” de los Poderes que los capitalistas se afanan en mostrar al Pueblo no es más que una falacia, brillando por su ausencia y actuando de manera totalmente arbitraria y oportunista sirviendo a los intereses políticos de la burguesía como estamos pudiendo comprobar con las ilegalizaciones de organizaciones políticas y sociales o como se ha visto en la puesta a dedo por parte de los dos grandes partidos burgueses de los Jueces que gobernarán lacayunamente la Judicatura.

Tan mentira es que exista democracia en el Estado Español como mentira es que exista independencia de los Jueces como falso es todo lo que rodea a este sistema. La única esencia y única verdad del estado burgués no es otra que la de servir los intereses económicos de la burguesía, de los terratenientes y de la oligarquía financiera y ser represora y criminal con el Pueblo trabajador, con las clases populares. Ello se comprueba en los más de centenares de presos políticos independentistas vascos, comunistas, anarquistas, etc... Mientras esto pasa el Oportunismo sale en defensa del Estado, al que tratan de ponerle barniz democrático y satanizan y condenan a los reprimidos y perseguidos y reiteran los argumentos. Esto lo hemos visto en IU – PCE, o comparsa de los capitalistas, por boca de su Coordinador General expresando su máximo respeto a la decisión de la Judicatura de ilegalizar a EHAK, ANV, Askatasuna o Gestoras y emplazando a la izquierda abertzale a “dejar de jugar con las cartas marcadas por la violencia, si quiere participar en la política como el resto de partidos” para terminar diciendo que “la representación política del mundo abertzale en una sociedad democrática solamente puede ser una fuerza política que se desmarque y condene la violencia”. Si indigno es el papel de IU – PCE al ponerse de parte de los represores, torturadores y explotadores no menos indigno ha sido el papel jugado por las vendidas cúpulas sindicales de CCOO y UGT, firmando declaraciones parlamentarias junto con la CEOE y los herederos de Franco de condena del terrorismo con aquellos que practican cotidianamente el terrorismo patronal que asesina cada año a más de 1.000 trabajadores en los centros de Trabajo. Las vendidas cúpulas sindicales de CCOO y UGT, al igual que IU-PCE, no se ruborizan a la hora de condenar la violencia junto con aquellos que han practicado terrorismo de Estado durante cuarenta años de fascismo más en los últimos treinta años de franquismo travestido. Las dirigencias de CCOO y UGT, que venden a los trabajadores a cambio de prebendas y dinero, no tienen autoridad moral para condenar la violencia cuando ellos legitiman y legalizan salarios de miseria, pensiones tercermundistas, despidos semigratuitos por no hablar de los miles de muertos y mutilados obreros que cada año son víctimas de sus socios capitalistas que tienen impunidad absoluta para cometer todos estas tropelías para con la clase obrera.

Mientras exista el capitalismo existirá violencia pues ella nos es más que la consecuencia de una sociedad dividida en clases, explotadores y explotados, y de un mundo dividido en naciones opresoras y oprimidas. Decía Marx que “no puede ser libre el pueblo que oprime a otros pueblos. La fuerza necesaria para reprimir a otro pueblo se volverá a la larga contra él mismo”. El capitalismo no puede dar respuesta a las necesidades de la Humanidad, no puede dar soluciones a la cuestión nacional, a la cuestión agraria o a la cuestión económica, a la cuestión democrática, este sistema no puede aportar más que miseria, explotación, opresión, violencia y muerte.

Por todo ello, el Partido Comunista Obrero Español considera que para exterminar la violencia hay que exterminar las causas de la misma y, por consiguiente, luchar sin descanso contra el capitalismo, que es el generador de la misma, hasta exterminarlo construyendo el Socialismo. El Partido Comunista Obrero Español defiende el derecho de autodeterminación para todas las naciones oprimidas, como por ejemplo Euskal Herria. El Partido Comunista Obrero Español aspira no a la separación de las naciones sino al acercamiento de las mismas pero sobre una base verdaderamente democrática y verdaderamente internacionalista que es inconcebible sin la libertad de separación de las mismas. El Partido Comunista Obrero Español se manifiesta contrario a la ilegalización y persecución de organizaciones políticas y sociales independentistas como EHAK, ANV, Gestoras Proamnistía o Askatasuna al igual que se manifiesta contrario de la ilegalización y persecución de organizaciones sociales anticapitalistas y de organizaciones políticas que cuestionen el sistema como por ejemplo el PCE ( r ). Exigimos la puesta en libertad inmediata de todos los presos políticos, la abolición de la Audiencia Nacional y el cese inmediato de la persecución política y social por parte del Estado hacia las fuerzas independentistas, comunistas y anticapitalistas.





PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)